Mes de las Infancias. Reflexión: "Amar, sufrir, aprender, volver a empezar", de Arturo Vargas Ronquillo
Mes de las Infancias:
Reflexiones de nuestros autores más jóvenes
Amar, sufrir, aprender, volver a empezar
Hablar de amor es un tema difícil, ya
que es uno de los sentimientos más intensos y complicados que una persona puede
experimentar. Se vuelve aún más complejo por las experiencias que nos deja, ya
sea a través de una ruptura o una desilusión. A pesar de esto, me atrevo a
responder la pregunta que muchos nos hacemos:
¿Qué
es el amor?
Para mí, el amor es una profunda
sensación de afecto, admiración y conexión con otra persona. El amor verdadero
requiere un gran esfuerzo, comunicación y respeto mutuo. Si estos elementos no
están presentes, el sentimiento deja de ser amor y se convierte en una obsesión
disfrazada de cariño.
Cuando nos enamoramos, todo parece
nuevo, intenso y, a veces, exagerado. Nuestro corazón se acelera, la vida se
vuelve más emocionante y sentimos que tiene más sentido. Amamos como si no
hubiera un mañana. Sin embargo, a veces es posible confundir el amor con el
interés, el deseo o la costumbre. Es en esos momentos que nos cuestionamos si
lo que sentimos es real o solo una imitación.
Pero no todo es color de rosa. A veces,
nos sentimos mal cuando la persona que amamos nos ignora, lo que nos lleva a
cuestionar nuestra forma de ser, nuestras ideas y nuestros valores. Sentimos
que nuestra vida se derrumba, devorados por un abismo de sufrimiento. Pensamos
en cómo pequeñas decisiones pudieron cambiar grandes cosas. Con el tiempo, la
calma regresa, aceptamos la realidad y nos permitimos soñar de nuevo, porque el
amor, como muchas cosas en la vida, es efímero.
Creo que, en definitiva, el amor es
algo problemático y complejo, una experiencia que todos sentimos. Nos
enamoramos, nos rompen el corazón, lloramos y volvemos a ilusionarnos, pero
esta vez con más sabiduría. Aprendemos de las desilusiones, crecemos y
desarrollamos una mejor mentalidad para entregarnos a un amor verdadero. El
amor nos transforma: es un arma de doble filo que nos hiere, pero también nos
hace más fuertes.
Por Arturo Mauricio Vargas Ronquillo
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